Pero esta situación es coyuntural porque en poco tiempo existirán opciones abundantes donde cargar tu coche eléctrico en ciudad o en ruta. Mientras buscar en el mercado de ocasión un coche eléctrico o aguantar con el coche actual unos años es una buena alternativa porque en poco tiempo existirán opciones abundantes donde cargar, en tu barrio, o en el súper mientras haces la compra semanal.
Sin garaje propio se podría decir que pasar a lo eléctrico es una apuesta de futuro. Aunque hay personas que se han pasado a lo eléctrico sin tener punto de carga propio sin problemas, la razón más común es que se hace por convicción en utilizar combustibles fósiles lo menos posible, con la idea fundamental de no contaminar el aire de la ciudad que todos respiramos. Obviamente, a día de hoy no es algo para todo el mundo y es probablemente retrasando tu paso definitivo a lo eléctrico.
Respecto a cargar en ruta se puede afirmar lo mismo ya que la red de recarga está creciendo a un ritmo espectacular y el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga a las gasolineras que más combustible venden a instalar al menos un punto de recarga de 50 kW de potencia —o más—, además de haber declarado de interés público la instalación de los puntos de recarga con potencia superior a 250 kW en el Consejo de Ministros del pasado 25 de junio de 2020.
Esta norma extiende la vigencia del Fondo Nacional de Eficiencia Energética hasta 2030 mejorando el procedimiento de cálculo de las obligaciones. Con este fondo estatal —que se dota con cuotas anuales de las empresas comercializadoras de gas, electricidad y productos petrolíferos— se han movilizado más de 1.000 millones de euros en ayudas en los últimos cinco años para invertir en medidas de ahorro de energía.