La energía solar fotovoltaica a gran escala y la energía eólica terrestre son las opciones más baratas para la nueva generación de electricidad en una gran mayoría de países del mundo. En concreto, y según la IEA, la capacidad global de energía solar fotovoltaica casi se triplicará durante el período 2022-2027, superando al carbón y convirtiéndose en la mayor fuente de capacidad de energía del mundo.
El informe también pronostica una aceleración de las instalaciones de paneles solares en los techos residenciales y comerciales, que ayudan a los consumidores a reducir las facturas de energía. La capacidad eólica mundial casi se duplicará en el citado período, y los proyectos en alta mar representan una quinta parte del crecimiento.
Juntas, la energía eólica y la solar representarán más del 90% de la capacidad de energía renovable que se implantará en los próximos cinco años.
El informe ve signos emergentes de diversificación en las cadenas de suministro fotovoltaica globales, y se espera que las nuevas políticas en los Estados Unidos y la India impulsen la inversión en la fabricación solar hasta en 25 mil millones de dólares durante el período 2022-2027. Si bien China sigue siendo el actor dominante, su participación en la capacidad de fabricación mundial podría disminuir del 90% actual al 75% para 2027.
Se espera que la demanda mundial total de biocombustibles se expanda en un 22% durante el período 2022-2027. Estados Unidos, Canadá, Brasil, Indonesia e India representan el 80% de la expansión global esperada en el uso de biocombustibles, y los cinco países cuentan con políticas integrales para respaldar el crecimiento.
Toda esta situación de aceleración de las renovables, sin embargo, requiere esfuerzos para resolver los problemas de la cadena de suministro, expandir las redes e implementar más flexibilidad para administrar de manera segura una mayor proporción de energías renovables. El crecimiento más rápido de las fuentes limpias acercaría al mundo al objetivo de alcanzar cero emisiones netas para 2050, lo que ofrece una posibilidad real de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Fuente: informacion.es